Inauguración de "Precaria" en el EAC

01.12.2019

Se llevó a cabo la inauguración de la exhibición "Precaria", bajo la curaduría de Aline Herrnstadt y con la participación del artista de origen marroquí que vive en Francia Mounir Fatmi, el artista belga que vive en México Francis Alÿs, y los uruguayos Fernando López Lage y Diego Velazco. 

La muestra, expuesta en el Espacio de Arte Contemporáneo, contiene obras que "abordan algunas de las influencias y consecuencias de la aplicación de políticas globalizadas a un mundo fragmentado y visibiliza cómo el artista encarna la problemática y sus consecuencias". 

Diego Velazco Los tres próceres -Soneira–Ferrari–Zanelli, 2017. Fotografía
Diego Velazco Los tres próceres -Soneira–Ferrari–Zanelli, 2017. Fotografía

La precariedad emerge como característica intrínseca de lo contemporáneo, marcando un territorio que cuestiona a las vanguardias modernas. Las obras abordan algunas de las influencias y consecuencias de la aplicación de políticas globalizadas a un mundo fragmentado y visibiliza cómo el artista encarna la problemática y sus consecuencias desde un lugar sensible, donde la violencia epistémica toma la forma de la imagen, el sonido, la pintura y la palabra, y desde ese lugar interpela las narrativas establecidas. Diego Velazco (Uruguay, 1967), fotógrafo, cuestiona mediante el fotomontaje de los tres proyectos de monumento a José Gervasio Artigas en la Plaza Independencia, las operaciones culturales de las grandes narrativas fundacionales, las construcciones simbólicas y la manipulación de los conceptos de Estado, Nación, Patria y Héroes. 

Fernando López Lage (Uruguay, 1963), en Work in progress borra con pintura los textos de las tapas de libros como forma de desautorizar los enunciados, desnaturalizar las palabras para potenciar la imagen de la pintura y visibilizar la discusión sobre original y copia, el autor, la invenci ón, la cita y la nota al pie. 


History is not Mine, obra de Mounir Fatmi (Marruecos, 1970), es un video mayoritaria - mente en blanco y negro donde la cinta roja de la máquina de escribir es el único elemento de color. La sangre y la violencia anónima ejercida en la frase escrita, mediante los golpes de martillo sobre la máquina de escribir, ponen en evidencia la compleja situación creativa a la que se enfrenta el artista. Mediante esa identificación con el hombre anónimo todos nos convertimos en parte de la historia, una historia donde la coherencia de la palabra escrita es imposible. 

Esta politización de la imagen se torna tangible en la obra de Francis Alÿs (Bélgica, 1959), Color Matching. En el video, el artista trata de hacer los colores de una escena de batalla y después los borra, pues lo único que busca, según manifestó, es encontrar el momento donde coinciden su persona, su actividad y la escena. Potencia el rol del artista como testigo y su posibilidad de agregar algo que los medios masivos de comunicación no hayan dicho. Estos cuatro artistas asumen a través de sus obras la responsabilidad colectiva del mundo contemporáneo, el lugar de las periferias que no lo son tanto y las centralidades que pierden su hegemonía, para dar lugar a la aparición de ecosistemas pluriculturales donde emergen las identidades locales abriéndose camino en forma intempestiva para lograr expresarse.